martes, 30 de septiembre de 2008

El Lazrillo de Tormes - parte 1


“El Lazarillo de Tormes” es una historia que se desarrolla en la época del Renacimiento, donde se habla de un pobre marginado que vive su vida sirviendo a otras personas. Fue tal la relevancia de este libro que el autor es anónimo.
Cuenta la historia de Lázaro, un joven que nació cerca del río Tormes (por eso su nombre) y es de una clase social muy baja. Su padre, Tomé González, fue acusado de robo y lo obligaron a servirle a un caballero, pero en esa expedición él murió.
Ante la muerte de Tomé, Lázaro parte a la ciudad con su mamá donde ella le cocinaba a los estudiantes y le servía a un Comendado. En eso ella conoce a un mozo llamado Zaide, el cual se enamora y establecen una relación, dándole a un hermanito a Lázaro, pero Zaide fue capturado mucho después por robar.
En un mesón la mamá conoce a un ciego, y ella piensa que Lázaro le podría servir de guía, y Lázaro aceptó. El ciego le enseño a Lázaro lo difícil que era la vida.
El ciego maltrataba a Lázaro y era muy avaro, y no le daba de comer. Cuando Lázaro se cansó del ciego, engañó a su amo para que se diera un golpe contra un palo, y cuando pasó Lázaro se escapó.
Después Lázaro conoce a un clérigo, y acepta ser su sirviente.
A Lázaro no le fue muy bien con él porque era muy avaro y no le daba de comer. Cuando Lázaro se cansó le robó el pan de la misa para que él la pudiera comer, para eso le sacó copia de la llave del baúl donde estaba el pan, lo sacó una noche y se lo comió. El clérigo, al enterarse, echó a Lázaro de la casa.
Después Lázaro se fue a Toledo, y en un tiempo estuvo viviendo de limosnas. En esa ciudad conoció a un escudero de buena apariencia, y éste pasó a ser el amo del escudero, pero cuando llegaron a su casa Lázaro se dio cuenta que el escudero era pobre. Para comer Lázaro tenía que mendigar, y lo que ganaba le daba una parte al escudero, pero después el gobierno prohibió mendigar en las calles, pero Lázaro ganaba comida por ayuda de unas vecinas.
Después los dueños de la casa donde vivía el escudero llegaron a cobrar el alquiler, el escudero se excusó y desapareció dejándole todos los cargos a Lázaro, pero después éste se fue.
Las vecinas que ayudaban a Lázaro le encontraron un nuevo amo: un fraile. Al fraile le gustaba caminar mucho y visitar lugares. Pero Lázaro caminaba tanto con el fraile que ya había roto su primer par de zapatos que el fraile le había regalado. Cuando se cansó Lázaro lo abandonó.

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